Sunday, July 30, 2006

El perseguidor resulta ser el perseguido

Había una vez un sujeto llamado Pepe, el cual siempre se esforzaba por ser un tipo bueno, que buscaba ayudar a los demás, que asistía a la Iglesia tres veces por semana, que servía en ministerios de su Iglesia. Escuchó un día que Dios se había hecho hombre y andaba caminando, fue entonces que decidió ir a verlo e invitarlo a su casa a que estuviera ahí.

Llegó por fin al sitio donde estaba el Dios hecho hombre, y logró pasar por medio de las multitudes que lo seguían, y le dijo ven te invito a mi casa, a lo cual accedió gustosamente.

Llegaron ya entrada la noche y cada quien se dispuso a dormir; Pepe pensó me levantaré temprano para prepararle desayuno y llevárselo a la cama, pero a la mañana siguiente, Pepe se durmió y por el contrario a él le habían preparado el desayuno y tenía todo listo cuando se levantó. Al visitante se le cayó la comida sobre la camisa, y Pepe lo limpió con un trapo, pero el trapo estaba lleno de aceite, y no hizo más que acrecentar la mancha en la camisa.

Pepe se sintió que había fallado en lo que se había propuesto para agradar a su visitante, pero pensó: "En el almuerzo si lo agradaré con una lasaña con hongos exquisita".Y así fue, llegada la hora del almuerzo, sirvió la exquisita comida tal cual se había propuesto, estaba muy sabrosa y resultó muy agradable para ambos. Pepe estaba feliz, inflado de lo que había logrado.

Pero de repente, el visitante se fue al baño corriendo porque la comida le había hecho daño. Pepe se hundió en un mar de frustración y vergüenza por lo que había ocasionado. Sin embargo pensó, en la tarde lo invitaré al parque a tomarnos un italian soda y eso lo agradará.

Fueron, se tomaron una fancy ostentosa bebida y Pepe se sintió a gusto con lo que había logrado, ya de regreso a la casa, Pepe se dio cuenta que no tenía suficiente dinero para el bus, y se avergonzaba de decirle que lo pagara el huésped. Para no pasar más pena, le pidió que se sentara en una parada de buses, Pepe dijo que regresaría pronto.

Sin embargo Pepe salió corriendo y queriendo estar lo más lejos posible de ese visitante que había recibido, no soportaba la carga y el compromiso, auto-impuesto, de obtener agradabilidad a partir de cumplir estándares de comportamiento. Pepe se sintió realmente aliviado al ya no tener a ese huésped.

Pasaron algunos años y Pepe se recordó de aquel huésped, y todo lo que había pasado, recordó el aprecio y afecto que su huésped le daba y extrañaba esa sensación de llenura. Pepe decidió pasar por aquella misma parada de buses y para su sorpresa ahí estaba aquel invitado esperándolo. Cuando vio a Pepe, lo abrazó, lo apapachó y le dijo: "te he estado esperando, no se trata de que vos me buscas a mi, sino que yo te persigo porque te amo"

1 Comments:

At 1:47 AM, Blogger xwoman said...

Hermoso!!
Muy Hermoso!!!
;)
qué gusto pasar a saludarte y leer esto!

 

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